Área de Wernicke
Se ha demostrado que varias regiones cerebrales están implicadas en la percepción de producciones no acentuadas/nativas de una categoría fonética de la segunda lengua (Callan et al., 2003a, 2004a, 2006a; Wang et al., 2003), así como en el habla con acento extranjero (Adank et al., 2013). Estas regiones incluyen, pero no se limitan a: la corteza premotora ventral inferior, incluyendo el área de Broca (PMvi), la corteza premotora ventral superior y dorsal (PMvs/PMd), el giro/surco temporal superior (STG/S) y el cerebelo. Si los procesos neurales implicados en el procesamiento de los sonidos del habla difíciles de percibir dependen de la contribución relativa de las regiones implicadas en el control de la planificación articulatoria, entonces se podría predecir que las regiones cerebrales implicadas en el control motor del habla (PMvi/Broca, PMvs/PMd y el cerebelo) serían más activas que las regiones implicadas en el procesamiento auditivo (STG/S) cuando se controlan las diferencias acústicas generales de los estímulos.
Se hipotetiza que la percepción de las categorías fonéticas de acento extranjero de la primera lengua depende de las regiones cerebrales que instancian la representación auditivo-articulatoria de las categorías fonéticas. La investigación sugiere que estas regiones incluyen el área de Broca del hemisferio izquierdo y el PMC. En el caso de la percepción de las categorías fonéticas de la segunda lengua -para las que los distintos fonemas de la segunda lengua están subsumidos dentro de una única categoría fonética en la lengua nativa (por ejemplo, la /r/ y la /l/ inglesas para los hablantes nativos de japonés)- se pueden reclutar procesos neuronales adicionales para establecer nuevas categorías fonéticas sin interferir con la categoría fonética nativa establecida. Se hipotetiza que el establecimiento de estas categorías fonéticas de la segunda lengua (cuando la segunda lengua se adquiere después de la infancia) implica una mayor dependencia de los sistemas generales de control de retroalimentación articulatoria-auditiva, que generan predicciones auditivas basadas en la planificación articulatoria, y se cree que se instancian en el PMC del hemisferio derecho (Tourville y Guenther, 2011; Guenther y Vladusich, 2012).
Función de la corteza motora primaria
Comenzamos por la neurociencia del lenguaje. El lenguaje es uno de los comportamientos cognitivos más elaborados. El pionero de la localización cerebral de la función del lenguaje fue un neurólogo francés, Pierre Paul Broca, que trabajaba en la época de nuestra guerra civil-1861. Broca amplió una teoría propuesta por Gall (Franz Joseph Gall) según la cual el córtex se dividía en 35 o más regiones para atributos como la esperanza, la generosidad y el secretismo. Según Gall, se trataba de “órganos” corticales. Crecían con el uso, igual que los músculos con el ejercicio, y provocaban protuberancias y crestas en el cráneo. Así nació la ciencia de la frenología. Se recogieron cientos y miles de cráneos y se correlacionaron las protuberancias con los atributos y personalidades de esos individuos. A partir del estudio de estas correlaciones, los llamados expertos salían a la población y “leían” las protuberancias de las personas vivas para adivinar sus atributos y personalidades, todo ello a cambio de una tarifa, por supuesto.
El trabajo de Broca difiere del de Gall. Broca abogaba por examinar los cerebros de las personas con trastornos clínicos en busca de lesiones que pudieran indicar la región del cerebro responsable del trastorno. Así nació el campo de la neuropsicología que florece hoy en día y que ha proporcionado gran parte de lo que sabemos sobre la función localizada en el cerebro.
Localización de la corteza motora
David Abbott recibe una beca de la Australian National Imaging Facility. Ha recibido subvenciones del National Health and Medical Research Council (Australia), del Australian Research Council y de los National Institutes of Health (EE.UU.). David trabaja en el Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental y tiene afiliaciones honorarias con la Universidad de Melbourne. El Florey agradece el apoyo del Gobierno de Victoria y, en particular, la financiación de la Subvención de Apoyo a la Infraestructura Operativa.
El cerebro es clave para nuestra existencia, pero aún queda mucho camino por recorrer antes de que la neurociencia pueda captar realmente su asombrosa capacidad. Por ahora, sin embargo, nuestra serie “Control del cerebro” explora lo que sabemos sobre el dominio del cerebro de seis funciones centrales: el lenguaje, el estado de ánimo, la memoria, la visión, la personalidad y la motricidad, y lo que ocurre cuando las cosas van mal.
Para detectar un texto, el nervio óptico y otros haces nerviosos envían señales desde los ojos a la corteza visual, en la parte posterior del cerebro. Si lees en braille, utilizas el córtex sensorial situado en la parte superior del cerebro. Si escuchas a otra persona leyendo, utilizas el córtex auditivo, no muy lejos de tus oídos.
Corteza motora
En neurociencia y psicología, el término centro del lenguaje se refiere colectivamente a las áreas del cerebro que cumplen una función particular para el procesamiento y la producción del habla[1] El lenguaje es un sistema central, que da a los seres humanos la capacidad de resolver problemas difíciles y les proporciona un tipo único de interacción social[2] El lenguaje permite a los individuos atribuir símbolos (por ejemplo, palabras o signos) a conceptos específicos y mostrarlos a través de oraciones y frases que siguen reglas gramaticales adecuadas[2] Además, el habla es el mecanismo en el que el lenguaje se expresa oralmente[2].
Lenguaje Áreas del cerebro. La circunvolución angular se representa en naranja, la circunvolución supramarginal en amarillo, el área de Broca en azul, el área de Wernicke en verde y la corteza auditiva primaria en rosa.
La información se intercambia en un sistema más amplio que incluye regiones relacionadas con el lenguaje. Estas regiones están conectadas por haces de fibras de materia blanca que hacen posible la transmisión de información entre las regiones[3] Los haces de fibras de materia blanca se reconocieron como importantes para la producción del lenguaje tras sugerir que es posible establecer una conexión entre múltiples centros del lenguaje[3] Las tres áreas clásicas del lenguaje que intervienen en la producción y el procesamiento del lenguaje son las áreas de Broca y Wernicke, y el giro angular.