Síntomas de la parálisis cerebral
La parálisis cerebral (PC) es un grupo de trastornos del movimiento que aparecen en la primera infancia.[1] Los signos y síntomas varían entre las personas y a lo largo del tiempo,[1][3] pero incluyen mala coordinación, músculos rígidos, músculos débiles y temblores.[1] Puede haber problemas de sensibilidad, visión, audición y habla. [A menudo, los bebés con parálisis cerebral no se dan la vuelta, no se sientan, no gatean ni caminan tan pronto como otros niños de su edad.[1] Otros síntomas son las convulsiones y los problemas de pensamiento o razonamiento, que se dan en aproximadamente un tercio de las personas con parálisis cerebral.[1] Aunque los síntomas pueden hacerse más evidentes durante los primeros años de vida, los problemas subyacentes no empeoran con el tiempo.[1]
La parálisis cerebral se puede prevenir en parte mediante la inmunización de la madre y los esfuerzos para prevenir los traumatismos craneales en los niños, como la mejora de la seguridad[1] No se conoce ninguna cura para la parálisis cerebral, pero los tratamientos de apoyo, la medicación y la cirugía pueden ayudar a muchas personas[1], entre los que se incluyen la fisioterapia, la terapia ocupacional y la logopedia[1]. [1] [7] [8] La cirugía puede incluir el alargamiento de los músculos y el corte de los nervios excesivamente activos [1] A menudo, los aparatos ortopédicos externos y otras tecnologías de asistencia son útiles [1] Algunos niños afectados pueden lograr una vida adulta casi normal con el tratamiento adecuado [1] Aunque se utilizan con frecuencia medicinas alternativas, no hay pruebas que apoyen su uso [1].
¿Cuál es la principal causa de la parálisis cerebral?
Parálisis cerebral: Una visión general Existe un artículo más reciente sobre la parálisis cerebral.KAREN W. KRIGGER, M.D., M.ED., University of Louisville School of Medicine, Louisville, KentuckyAm Fam Physician. 2006 Jan 1;73(1):91-100.
Información para el paciente: Véase el folleto relacionado sobre la parálisis cerebral, escrito por el autor de este artículo.Secciones del artículoLa presentación de la parálisis cerebral puede ser una disfunción mental y física global o alteraciones aisladas de la marcha, la cognición, el crecimiento o la sensibilidad. Es la discapacidad física infantil más frecuente y afecta a entre 2 y 2,5 niños por cada 1.000 nacidos en Estados Unidos. El diagnóstico diferencial de la parálisis cerebral incluye trastornos metabólicos y genéticos. Los objetivos del tratamiento son mejorar la funcionalidad y las capacidades hacia la independencia. Deben desarrollarse equipos de tratamiento multiespecializados en torno a las necesidades de cada paciente para proporcionar planes de atención de tratamiento global continuamente actualizados. Entre las complicaciones de la parálisis cerebral se encuentran la espasticidad y las contracturas, las dificultades de alimentación, el babeo, las dificultades de comunicación, la osteopenia, la osteoporosis, las fracturas, el dolor y las anomalías funcionales gastrointestinales que contribuyen a la obstrucción intestinal, los vómitos y el estreñimiento. Las herramientas de evaluación válidas y fiables para establecer las funciones de referencia y supervisar los avances en el desarrollo han contribuido a un creciente conjunto de recomendaciones basadas en la evidencia para la parálisis cerebral. Muchos de los tratamientos históricos para esta dolencia están siendo cuestionados, y existen varias modalidades de tratamiento nuevas. La morbilidad y la mortalidad de los adultos por cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular, cáncer y traumatismos son mayores en los pacientes con parálisis cerebral que en la población general.
Tipos de parálisis cerebral
La parálisis cerebral (PC) es un problema que afecta al tono muscular, el movimiento y la coordinación. Se produce cuando el cerebro no puede enviar correctamente mensajes a los músculos sobre cómo moverse de forma suave o bien coordinada. La parálisis cerebral también puede afectar a otras funciones corporales que implican habilidades motoras y musculares, como la respiración, el control de la vejiga y los intestinos, la alimentación y el habla.
La parálisis cerebral puede provocar una serie de problemas físicos. Algunos niños tienen muchos problemas de movimiento, mientras que otros no. Depende del grado de daño que haya sufrido el cerebro. El daño puede ser parcial, por ejemplo, afectando sólo a la parte del cerebro que controla la marcha. O puede afectar a una zona más amplia, como las partes que controlan la marcha, el habla y la comprensión del lenguaje.
En cuanto se diagnostica la parálisis cerebral, el niño puede empezar a recibir terapia para el movimiento y otras áreas que necesitan ayuda, como el aprendizaje, el habla, la audición y el desarrollo social y emocional. Muchos necesitarán dispositivos de ayuda como aparatos ortopédicos o sillas de ruedas.
Los niños pueden mejorar su salud ósea con una dieta rica en calcio, vitamina D y fósforo. Estos nutrientes ayudan a mantener los huesos fuertes. Los médicos, los dietistas y los logopedas pueden trabajar con las familias para asegurarse de que los niños ingieren los nutrientes adecuados y sugerir cambios en la dieta o en las rutinas alimentarias, si es necesario.
Tratamiento de la parálisis cerebral
La parálisis cerebral (PC) no es una clasificación de enfermedad definida y separada, sino un término general que engloba síntomas etiológicamente diversos, que cambian con la edad. El término “parálisis cerebral” fue utilizado por primera vez hace más de 170 años por el cirujano ortopédico inglés William Little, que relacionó un parto difícil y la hipoxia neonatal con la espasticidad de las extremidades y las consiguientes deformidades musculoesqueléticas.1
Existen informes en la literatura sobre errores congénitos del metabolismo que se presentan como imitaciones de parálisis cerebral; una gran proporción de estas enfermedades son tratables de manera que el daño neurológico puede revertirse o prevenirse.9 La etiología primaria de un síndrome de parálisis cerebral debe identificarse siempre que sea posible. Esto es especialmente importante en el caso de los trastornos genéticos o metabólicos que tienen un tratamiento específico modificador de la enfermedad.11 Realizar un diagnóstico preciso de un trastorno metabólico o genético tiene importantes implicaciones para la posibilidad de tratamiento, el pronóstico preciso y el asesoramiento genético.11,12 El objetivo de la presente revisión bibliográfica era discutir los puntos de vista actuales sobre las definiciones, los factores de riesgo, el diagnóstico y el tratamiento de la parálisis cerebral, así como los problemas comórbidos, por ejemplo, la epilepsia resistente a los medicamentos.