Economía de libre mercado
Tres pequeñas palabras. A menudo es todo lo que hace falta para que el corazón lata más deprisa. “Libertad, igualdad y fraternidad” fue el lema de la Revolución Francesa. “Te quiero” es la base del éxito de muchas relaciones. “Vida, libertad, felicidad” es el lema de la Declaración de Independencia de Estados Unidos. Para muchos economistas, esas tres palabras mágicas son “oferta, demanda, precio”.
En cualquier transacción de mercado entre un vendedor y un comprador, el precio del bien o servicio viene determinado por la oferta y la demanda en un mercado. La oferta y la demanda vienen determinadas a su vez por la tecnología y las condiciones en las que operan las personas. En un extremo, el mercado podría estar poblado por un gran número de vendedores y compradores prácticamente idénticos (por ejemplo, el mercado de los bolígrafos). En el otro extremo, podría haber un solo vendedor y un solo comprador (como ocurriría si yo quisiera intercambiar mi mesa por tu edredón).
Los economistas han formulado modelos para explicar diversos tipos de mercados. El más fundamental es el de competencia perfecta, en el que hay un gran número de oferentes y demandantes idénticos del mismo producto, el comprador y el vendedor pueden encontrarse sin coste alguno y no hay barreras que impidan la entrada de nuevos oferentes en el mercado. En competencia perfecta, nadie puede influir en los precios. Ambas partes dan por sentado el precio de mercado, y el precio de equilibrio del mercado es aquel en el que no hay ni exceso de oferta ni exceso de demanda. Los proveedores seguirán produciendo mientras puedan vender el bien a un precio que supere su coste de fabricar uno más (el coste marginal de producción). Los compradores seguirán comprando mientras la satisfacción que obtengan del consumo sea mayor que el precio que pagan (la utilidad marginal del consumo). Si los precios suben, los proveedores adicionales se verán atraídos a entrar en el mercado. La oferta aumentará hasta que se alcance de nuevo un precio de equilibrio del mercado. Si los precios bajan, los proveedores que no puedan cubrir sus costes abandonarán el mercado.
¿Cómo funciona el mercado libre?
En un mercado puramente libre, los compradores y vendedores llegan a los precios basándose únicamente en la oferta y la demanda. Como tales, compradores y vendedores compiten entre sí para pagar el precio más bajo (en el caso de los compradores) o recibir el precio más alto (en el caso de los vendedores).
¿Cuáles son 5 ejemplos de economía de libre mercado?
Las clasificaciones de libertad económica varían en función de quién las realice, pero algunas de las economías consideradas generalmente de libre mercado son: Hong Kong, Singapur, Nueva Zelanda, Australia, Suiza, Reino Unido, Canadá e Irlanda.
Regulación del libre mercado
En economía, un mercado libre es un sistema económico en el que los precios de los bienes y servicios vienen determinados por la oferta y la demanda expresadas por vendedores y compradores. Tales mercados, según el modelo, funcionan sin la intervención del gobierno o de cualquier otra autoridad externa. Los defensores del libre mercado como ideal normativo lo contraponen a un mercado regulado, en el que un gobierno interviene en la oferta y la demanda mediante diversos métodos, como impuestos o regulaciones. En una economía de libre mercado idealizada, los precios de los bienes y servicios los fijan exclusivamente las ofertas y demandas de los participantes.
Los estudiosos contrastan el concepto de mercado libre con el de mercado coordinado en campos de estudio como la economía política, la nueva economía institucional, la sociología económica y la ciencia política. Todos estos campos hacen hincapié en la importancia que tienen en los sistemas de mercado existentes en la actualidad las instituciones normativas externas a las simples fuerzas de la oferta y la demanda, que crean un espacio para que dichas fuerzas operen con el fin de controlar la producción y la distribución. Aunque el libre mercado se asocia comúnmente con el capitalismo en el uso contemporáneo y la cultura popular, el libre mercado también ha sido componente de algunas formas de socialismo de mercado[1].
Mercado libre deutsch
Una economía de libre mercado es un tipo de economía que promueve la producción y venta de bienes y servicios, con poco o ningún control o participación de cualquier agencia gubernamental central. Este sistema económico se basa principalmente en la oferta y la demanda. En una economía de libre mercado, las empresas y los hogares actúan en su propio interés para determinar cómo se asignan los recursos, qué bienes se producen y quién los compra. Una economía de libre mercado funciona de forma opuesta a una economía dirigida, en la que el gobierno central se queda con los beneficios y decide cómo utilizarlos. Entre todos los estados del mundo, no existe una economía de mercado totalmente libre: todas las economías están sujetas a ciertas restricciones en forma de regulaciones gubernamentales, en mayor o menor grado. Un mercado absolutamente libre no incluye medidas estándar como aranceles a la importación y exportación, prohibiciones sobre ciertos productos, impuestos sobre las ventas, etc. Los mercados tienden a ser más libres en los países que enfatizan los valores del capitalismo y la propiedad privada, que naturalmente promueven la economía del laissez-faire (un término a menudo utilizado como sinónimo de la idea de libre mercado).
Qué vender en un mercadillo
Una economía de libre mercado es aquella en la que la escasez se resuelve mediante cambios en los precios relativos y no mediante la regulación. Si un producto escasea en relación con el número de personas que desean comprarlo, su precio subirá, los productores y vendedores obtendrán mayores beneficios y la producción tenderá a aumentar para satisfacer el exceso de demanda. Si la oferta disponible de una mercancía es excesiva, el precio tenderá a bajar, lo que atraerá a más compradores y disuadirá a productores y vendedores de entrar en el mercado. En un mercado libre, compradores y vendedores se reúnen voluntariamente para decidir qué productos producir, vender y comprar, y cómo deben utilizarse recursos como el trabajo y el capital.