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Los síntomas de la enfermedad de Parkinson son diferentes para cada persona. Algunos son difíciles de detectar incluso para los médicos. Otros son evidentes incluso para un ojo inexperto. Acuda a un especialista en trastornos del movimiento si cree que tiene síntomas de Parkinson.
La gente suele estar más familiarizada con los síntomas motores (de movimiento) de la enfermedad de Parkinson (EP). Estos signos son perceptibles desde el exterior y son utilizados por los médicos para realizar un diagnóstico. Los tres síntomas motores “fundamentales” de la EP son:
No todas las personas con Parkinson experimentan los tres síntomas motores, pero la lentitud siempre está presente. Y aunque el temblor es el síntoma más común en el momento del diagnóstico, no todas las personas con Parkinson tienen temblores.
También pueden aparecer otros síntomas motores, como problemas para caminar o dificultades de equilibrio y coordinación. Estos síntomas pueden aparecer en cualquier momento del curso del Parkinson, pero son más probables a medida que avanza la enfermedad.
Los síntomas no motores (no relacionados con el movimiento) a veces se denominan síntomas “invisibles” del Parkinson porque no se pueden ver desde el exterior. Estos síntomas comunes pueden afectar a casi todos los sistemas del cuerpo, se producen en cualquier momento del curso de la enfermedad (incluso antes de los síntomas motores o del diagnóstico) y difieren en gravedad de una persona a otra. Los síntomas no motores pueden afectar significativamente a la calidad de vida de las personas con Parkinson y sus familias. Pueden incluir:
Qué son los síntomas motores
Aunque la familia y los amigos no puedan ver estos síntomas, es importante saber que los síntomas no motores son comunes y pueden ser más molestos e incapacitantes que los motores. Algunos síntomas, como la pérdida de olfato, el estreñimiento, la depresión y el trastorno del comportamiento del sueño REM, pueden aparecer años antes del diagnóstico de EP.
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Tratamiento de los síntomas no motores de la enfermedad de Parkinson
A continuación, comentamos los síntomas más comunes de la enfermedad de Parkinson. Recuerde que, aunque estos son los síntomas típicos, pueden variar mucho de un individuo a otro, tanto en términos de intensidad como de evolución. Los síntomas motores generalmente implican movimiento, mientras que los no motores no. Utilice los cuadros de iconos para navegar rápidamente a una sección:
Es importante saber que no todos estos síntomas deben estar presentes para que se considere el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson. De hecho, es posible que las personas más jóvenes sólo noten uno o dos de estos síntomas motores, especialmente en las primeras fases de la enfermedad. No todas las personas que padecen la enfermedad de Parkinson tienen temblores, ni los temblores son una prueba de la existencia del Parkinson. Si sospecha que tiene Parkinson, acuda a un neurólogo o a un especialista en trastornos del movimiento.
El clásico temblor lento y rítmico de la enfermedad de Parkinson, que suele producirse en reposo, suele comenzar en una mano, un pie o una pierna y acaba afectando a ambos lados del cuerpo. El temblor en reposo de la enfermedad de Parkinson también puede producirse en la mandíbula, la barbilla, la boca o la lengua. Además, algunas personas con la enfermedad de Parkinson pueden experimentar una sensación de temblor interno, que no es necesariamente perceptible para los demás. Lea más sobre los temblores de Parkinson.
Enfermedad de Parkinson
Antecedentes La enfermedad de Parkinson se caracteriza por un complejo conjunto de síntomas motores y no motores. Los síntomas motores suelen ser prioritarios para la evaluación y el tratamiento. La evidencia creciente destaca la importancia de reconocer el impacto de los síntomas no motores en la calidad de vida de la persona.
Discusión Una viñeta desarrollada en colaboración con una persona que vive con la enfermedad de Parkinson y su esposa proporciona una “perspectiva interna”. La evaluación y el seguimiento regulares de los síntomas no motores permiten al clínico apoyar la aplicación de intervenciones eficaces. La atención basada en el equipo y las conexiones con los grupos de apoyo a los enfermos de Parkinson son esenciales para que la persona pueda vivir bien con la enfermedad de Parkinson y proporcionar a los cuidadores informales el apoyo y la información necesarios.
La enfermedad de Parkinson es un complejo trastorno neurodegenerativo que afecta a las personas de formas muy diversas y es la segunda afección neurológica más común en todo el mundo.1 Durante muchos años, el tratamiento de la enfermedad de Parkinson se ha centrado en gran medida en el tratamiento y la mejora de los síntomas motores (bradicinesia combinada con rigidez, temblor en reposo o ambos).2 Los síntomas no motores, como la ansiedad y la depresión, suelen ser anteriores a la aparición de los signos motores durante años.3,4 Por lo general, una persona presenta una combinación de síntomas motores y no motores4,5 que afectan al nivel de discapacidad de la persona y a la calidad de vida relacionada con la salud (QoL).3,6,7 El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson debe estar inextricablemente vinculado a las intervenciones terapéuticas que se centran en mejorar la QoL del paciente y en abordar tanto los síntomas motores como los no motores. Aunque es esencial comprender y tratar adecuadamente los síntomas motores, este artículo llama la atención sobre la importancia de identificar y tratar los síntomas no motores que experimenta la persona que vive con la enfermedad de Parkinson. Una viñeta desarrollada en colaboración con una persona que vive con la enfermedad de Parkinson y su esposa proporciona una “perspectiva interna” (Cuadro 1).