Máquina de vapor utilizada para
La leyenda proclama que España fue cruel, estúpida y un fracaso después de todo. Parece que todo el propósito de España en la vida fue perder en su guerra contra Inglaterra, para dejar abiertas las puertas a un Imperio Británico más progresista.
España es descrita como un lugar que carecía de creatividad excepto en las artes y la literatura. Mucha gente admira a pintores españoles como Goya, o a escritores españoles como Cervantes, pero nadie suele recordar a ningún científico o académico; excepto los expertos.
Este hilo será para discutir sobre los inventores y científicos españoles que contribuyeron al progreso de la humanidad. Espero poner un post para cada uno. Por ahora, permítanme mostrar una lista de algunos de los más destacados:
En mi opinión, el problema no es sólo la “Leyenda Negra”, es la “Leyenda Nacionalista” que nos hace pensar que los nacionales de unos países son buenos para unas cosas y malos para otras. La nacionalidad no tiene nada que ver con la capacidad de invención o el talento artístico… España ha sido históricamente un país poco industrializado, por lo que es normal que no haya habido tantos inventores españoles como ingleses o americanos. Además, siendo otros países el foco de la industrialización los inventos españoles han tenido una menor repercusión mundial.
Quién inventó la máquina de vapor en la revolución industrial
Por alguna razón, ningún otro país ha querido reivindicar los inventos menos glamurosos, pero maravillosos, de la fregona y el chupa-chups, pero varias naciones se han unido a España para reclamar ser la cuna del submarino moderno.
Desde la antigüedad, el ser humano ha sentido la necesidad de utilizar el aire y el agua como medio de desplazamiento. Es casi como si buscáramos elementos que ya forman parte de nuestra propia naturaleza viva. Viajar es una exploración tanto del mundo que nos rodea como del mundo que llevamos dentro. Quiero pensar que esta postura filosófica habría gustado a Narcís Monturiol i Estarriol, un escritor comunista utópico que se vio obligado a abandonar sus polémicas publicaciones sobre filosofía, política y cuestiones sociales, y se dedicó a los inventos.
Su preocupación por los trabajadores del coral de su zona, que con demasiada frecuencia morían intentando recolectar estas joyas de la naturaleza, le llevó a desarrollar un tipo de submarino, partiendo de modelos anteriores que se remontan al siglo XVI. Este artefacto, ahora en el Museu Marítim de Barcelona, tiene el aire romántico del empeño de Monturiol, una empresa pacífica destinada a facilitar la vida de la gente más humilde.
La revolución industrial de la máquina de vapor
Cuando Inglaterra se encontraba al borde de la Revolución Industrial a finales del siglo XVII, uno de los principales retos era cómo eliminar el exceso de agua de las minas. Para ello se solía montar una serie de cubos en un sistema de poleas accionado por caballos, un proceso muy lento y costoso. Correspondió a un inventor e ingeniero inglés llamado Thomas Savery construir el primer prototipo funcional de “un motor para elevar el agua mediante el fuego”.
Savery registró la patente de su primer diseño de “máquina de fuego” el 2 de julio de 1698, y poco después presentó un modelo funcional a la Royal Society de Londres. Después de exponer su máquina en Hampton Court para el rey Guillermo III, se le concedió la patente de “un nuevo invento para elevar el agua y dar movimiento ocasional a todo tipo de obras de molinería, mediante la importante fuerza del fuego, que será de gran utilidad para el drenaje de las minas…” Esa patente original de 14 años recibió una prórroga de 21 años por parte del Parlamento británico en 1699 como parte de la “Ley de Máquinas de Fuego”.
Un eufórico Savery imprimió un folleto en 1702, titulado The Miner’s Friend (El amigo del minero), y lo envió a los directores de las minas de toda Inglaterra, esperando una afluencia de nuevos clientes, pero aunque su bomba de vapor era útil para suministrar agua a las fincas y casas de campo, no fue adoptada inmediatamente por la industria minera.
Jerónimo de ayanz y beaumont
Al parecer, el vasco Blasco de Garay construyó un ejemplo de máquina de vapor en 1543, y lo demostró impulsando un barco de 200 toneladas [http://www.history.rochester.edu/steam/garay/ y http://www.steamboats.com/research/1stboatalltheories.html]. Pero nunca entró en servicio general, y debido al secretismo de los inventores de la época, se sabe muy poco sobre ella.
Siendo del Reino Unido, cuando me enseñaban en la escuela sobre el siglo XVI nos hablaban a todos de la “gran victoria inglesa contra la Armada española en 1588”. No hace falta decir que en una línea de tiempo en la que los barcos de vapor fueron empleados y ampliamente utilizados por los españoles, entonces mi pequeño yo de 12 años habría tenido 3 meses de su vida de vuelta.
Habría sido un invento que se integraba sin esfuerzo en la gama de otros avances que se estaban produciendo en el renacimiento. Pero, por otra parte, debió de haber una razón bastante apremiante para que no se utilizara.
Me gustaría señalar que, en los últimos años, los vascos han afirmado haber descubierto e inventado absolutamente todo antes de que fuera realmente descubierto/inventado, posiblemente como parte de su apuesta por la autonomía/independencia. Así que me tomo esta afirmación con una pizca de sal.