Actividades motrices sensoriales para el autismo
Una actividad sensorial es cualquier cosa que implique a los 5 sentidos (gusto, tacto, olfato, oído, vista) y también a los sistemas vestibular o de propiocepción (ver cuáles son los 8 sentidos para más información). Las actividades sensoriales para los niños pueden ser sucias, atractivas, divertidas y fáciles de realizar.
En resumen, el sistema vestibular se encuentra en el oído interno y tiene que ver con el equilibrio. La clave de los movimientos vestibulares es poner la cabeza en tantas posiciones o planos diferentes como sea posible, ya que eso es lo que activa los distintos receptores del oído interno. Saltar, columpiarse, rodar, colgarse, suelen estar asociados a lo vestibular debido a la posición de la cabeza. Las tablas de patinaje también pueden ser consideradas como entrada vestibular.
Una descripción fácil es la propiocepción, que consiste en saber dónde está el cuerpo en el espacio y dónde están los miembros en relación con el cuerpo. La planificación de los músculos, la clasificación de los movimientos musculares y la capacidad de mover los brazos y las piernas sin tener que mirarlos, todo ello forma parte de la propiocepción. Empujar, tirar, saltar, los grandes movimientos de trabajo pesado pueden considerarse propriocepción. La entrada de la propiocepción se localiza en los grandes grupos musculares y en la columna vertebral.
Actividades motrices sensoriales para niños pequeños
La motricidad gruesa es la capacidad necesaria para controlar los grandes músculos del cuerpo para caminar, correr, montar en bicicleta y otras actividades. En casi todos los casos, los niños que tienen un desequilibrio en el cerebro y que tienen algún problema de aprendizaje o de comportamiento, también tendrán un sistema motor mal coordinado.
La dificultad para montar en bicicleta, coger una pelota o no tener ningún interés en los deportes pueden ser signos comunes de un retraso motor grueso. Los siguientes juegos y actividades ayudarán a mejorar el equilibrio y la estabilidad y a aumentar el tono muscular, fortaleciendo así la motricidad gruesa del niño.
Subir a una colina o caminar por un sendero rocoso ayudará a mejorar el equilibrio y a aumentar el tono muscular. Saltar rocas y explorar la naturaleza aumentan la fuerza física y la resistencia y también ofrecen una gran oportunidad sensorial.
Ponerse en cuclillas para dibujar en la acera ayuda a desarrollar la fuerza del núcleo y anima a su hijo a mantener el equilibrio mientras intenta moverse con la tiza. Esta actividad también da lugar a juegos como la rayuela, que ofrecen más oportunidades para desarrollar las habilidades motoras gruesas.
Juegos de motricidad gruesa para preescolares
Los juegos sensoriales pueden ser esenciales para que algunos niños se involucren y desarrollen sus sentidos. Sin embargo, todos los niños (¡y los adultos!) pueden beneficiarse de la variedad de compromiso sensorial que ofrecen estas actividades.
Crear juegos que desarrollen las habilidades sensoriales de un niño puede ser sencillo, y muchos de los recursos para estos juegos se pueden encontrar en casa. El objetivo principal es desarrollar diferentes habilidades, ya sea el equilibrio y la coordinación, la motricidad oral y el control de la respiración o la estimulación sensorial.
Las actividades de juego que se centran en el control motor oral son buenas para desarrollar las habilidades motoras que intervienen en el habla y en la alimentación. Estas actividades requieren el uso combinado de múltiples movimientos motrices y de conciencia, como los labios, la mejilla, la lengua y la mandíbula, junto con la coordinación y la fuerza.
Con esta actividad se practicarán las habilidades de control de la respiración, la coordinación y la resistencia de la motricidad oral. El aspecto más importante a tener en cuenta para esta actividad es asegurarse de que el objeto seco sea más grande que la abertura de la pajita.
Juegos de motricidad gruesa para niños pequeños
La interacción sensorial y motriz constituye la base del crecimiento, el desarrollo y el aprendizaje del niño en el mundo que le rodea. La estimulación/retroalimentación sensorial y la motricidad van de la mano. No se puede tener una sin la otra. El sistema motor impulsa la estimulación sensorial y la estimulación/retroalimentación sensorial impulsa el cerebro. Es fundamental que estas habilidades mejoren y se desarrollen para ayudar al comportamiento y al aprendizaje académico. A menudo, los niños con problemas de aprendizaje o de comportamiento tienen sistemas sensoriales y motores inadecuadamente desarrollados.
Las habilidades sensoriales implican el uso de los sentidos del olfato, el tacto, la visión, el oído, el equilibrio, la propiocepción (la conciencia de saber dónde está el cuerpo en el espacio), el vestibular (oído interno) y el gusto. Todos estos sentidos trabajan juntos para el funcionamiento sensorial general.
Las habilidades motrices incluyen la coordinación de ambos lados del cuerpo (coordinación bilateral), la fuerza y el tono muscular, las habilidades motrices gruesas y finas, el equilibrio y la postura vestibulares, el seguimiento y la coordinación visual, el ritmo y la sincronización, y la dominancia.