Tipos de motores eléctricos
Un motor eléctrico es una máquina eléctrica que convierte la energía eléctrica en energía mecánica. La mayoría de los motores eléctricos funcionan a través de la interacción entre el campo magnético del motor y la corriente eléctrica en un bobinado de alambre para generar fuerza en forma de par aplicado en el eje del motor. Un generador eléctrico es mecánicamente idéntico a un motor eléctrico, pero funciona con un flujo de potencia inverso, convirtiendo la energía mecánica en energía eléctrica.
Los motores eléctricos pueden ser alimentados por fuentes de corriente continua (CC), como las baterías o los rectificadores, o por fuentes de corriente alterna (CA), como una red eléctrica, inversores o generadores eléctricos.
Los motores eléctricos pueden clasificarse por consideraciones como el tipo de fuente de energía, la construcción, la aplicación y el tipo de salida de movimiento. Pueden alimentarse con CA o CC, ser de escobillas o sin escobillas, monofásicos, bifásicos o trifásicos, de flujo axial o radial, y pueden estar refrigerados por aire o por líquido.
Los motores normalizados proporcionan una potencia mecánica conveniente para el uso industrial. Los más grandes se utilizan para la propulsión de barcos, la compresión de tuberías y las aplicaciones de almacenamiento por bombeo, con una potencia superior a los 100 megavatios.
Quién inventó el motor eléctrico en 1873
Con la invención de la pila (Allessandro Volta, 1800), la generación de un campo magnético a partir de la corriente eléctrica (Hans Christian Oersted, 1820) y el electroimán (William Sturgeon, 1825) se sentaron las bases para construir motores eléctricos. En aquella época aún estaba abierto si los motores eléctricos debían ser máquinas rotativas o reciprocantes, es decir, simular el vástago de una máquina de vapor.
En todo el mundo, muchos inventores trabajaban en paralelo en esta tarea: era un problema de “moda”. Casi a diario se descubrían nuevos fenómenos. Los inventos en el campo de la ciencia eléctrica y sus aplicaciones estaban en el aire.
A menudo los inventores no se conocían entre sí y desarrollaban soluciones similares de forma independiente. Las historias nacionales se configuran en consecuencia hasta el día de hoy. Lo que sigue es un intento de ofrecer una imagen completa y neutral.
Después de muchos otros intentos más o menos exitosos con aparatos rotativos y alternativos relativamente débiles, el prusiano de habla alemana Moritz Jacobi creó el primer motor eléctrico rotativo real en mayo de 1834 que realmente desarrolló una notable potencia mecánica de salida. Su motor estableció un récord mundial que fue mejorado sólo cuatro años después, en septiembre de 1838, por el propio Jacobi. Su segundo motor era lo suficientemente potente como para conducir un barco con 14 personas a través de un ancho río. No fue hasta 1839/40 cuando otros desarrolladores de todo el mundo consiguieron construir motores de prestaciones similares y, posteriormente, también superiores.
Primer coche eléctrico
La historia de los motores de corriente continua se remonta al siglo XIX. Desde las pruebas y el desarrollo iniciales hasta su uso generalizado en las industrias de todo el mundo, los motores de corriente continua han evolucionado considerablemente hasta nuestros días.
Al ser un fabricante de motores eléctricos de confianza desde hace más de 70 años, hemos visto cómo el motor de CC ha cambiado y se ha adaptado a las nuevas tecnologías a lo largo del tiempo. Siempre nos intriga saber cómo seguirá evolucionando y triunfando en nuevas industrias en el futuro. Descubra más sobre los motores de CC y su fascinante historia:
Un motor de CC funciona con corriente continua, que convierte la energía eléctrica en energía mecánica. Esta energía mecánica provoca el movimiento de rotación dentro del motor, lo que ayuda a alimentar una gran mayoría de aplicaciones industriales.
La invención del motor de corriente continua se produjo a principios del siglo XIX, con los primeros desarrollos realizados en 1832 por el científico británico William Sturgeon. Sturgeon creó el primer motor de corriente continua con conmutador, con capacidad para hacer girar la maquinaria.
Sin embargo, la idea de Sturgeon fue desarrollada y ampliada por Thomas Davenport, un inventor estadounidense. Davenport es más conocido por haber inventado oficialmente un motor de corriente continua que funcionaba y que patentó unos años más tarde, en 1837. Al principio, Davenport tuvo que lidiar con los costosos gastos de la energía de las baterías para hacer funcionar los motores, lo que hizo que el primer motor de corriente continua fuera incapaz de resistir la prueba del tiempo. Más información sobre cómo se inventó el motor eléctrico.
La historia de la electricidad
El primer aparato de Faraday que se conserva, que data de 1822, demuestra su trabajo sobre la rotación magnética. Faraday utilizó este baño de mercurio para transformar la energía eléctrica en energía mecánica, creando el primer motor eléctrico.
El científico británico autodidacta Michael Faraday (1791 – 1867) fue el primero en comprender lo que implicaban estos descubrimientos. Si se podía aislar un polo magnético, éste debía moverse constantemente en círculo alrededor de un hilo conductor de corriente.
El motor cuenta con un cable rígido que cuelga en un recipiente de cristal que tiene una barra magnética fijada en el fondo. A continuación, el recipiente de cristal se llena parcialmente de mercurio (un metal que es líquido a temperatura ambiente y un excelente conductor). Faraday conectó su aparato a una batería, que envió electricidad a través del cable creando un campo magnético a su alrededor. Este campo interactuaba con el campo que rodeaba al imán y hacía que el alambre girara en el sentido de las agujas del reloj.
Este descubrimiento llevó a Faraday a contemplar la naturaleza de la electricidad. A diferencia de sus contemporáneos, no estaba convencido de que la electricidad fuera un fluido material que fluyera por los cables como el agua por una tubería. En su lugar, pensó en ella como una vibración o fuerza que se transmitía de alguna manera como resultado de las tensiones creadas en el conductor.